Los 5 signos que indican que tu jefe sufre burnout
Los 5 signos que indican que tu jefe sufre burnout
Todos los trabajadores estamos expuestos a sufrir el síndrome de burnout o del “Trabajador quemado”, pero hay 3 perfiles que tienen muchas más probabilidades de padecerlo, y son:
- Los trabajadores del sector salud y cuidados: médicos, enfermeras, cuidadores, etc…
- Los trabajadores del sector educación: profesores de primaria y secundaria, principalmente.
- Los trabajadores con posiciones de responsabilidad: especialmente los mandos intermedios.
Esto no quiere decir que no hayan otros muchos millones de profesionales, en otros sectores y posiciones, que también lo sufran a diario. Pero, según muestran los trabajos de investigación que se llevan realizando desde hace casi 5 décadas estos 3 colectivos concentran un mayor número de afectados, por cuestiones obvias.
En este artículo vamos a repasar, no solo en qué consiste este síndrome, considerado patología por la OMS desde hace unos 5 años, sino también, y más concretamente, cuáles son los 5 signos de que tu jefe, o tú, como jefe, lo sufres, además de analizar su impacto y las medidas preventivas que las empresas pueden implantar para prevenirlo.
El burnout lo sufren los «flojos»
Algunos tienden a pensar que el burnout es como el estrés, y que este síndrome solo afecta a unos pocos «flojos» que carecen de la necesaria resistencia, o resiliencia, que todo «buen profesional» debe poseer para poder competir en el mundo actual.
No es cierto. El estrés laboral es una respuesta natural, y normal, de nuestro organismo ante situaciones de alta presión o excesiva carga de trabajo puntuales. Puede ser positivo y motivador en pequeñas dosis, ya que nos ayuda a mejorar nuestra capacidad de concentración, sin embargo, cuando el estrés es crónico o excesivo, deriva en graves problemas de salud, como la ansiedad e incluso la depresión.
Así que no, el estrés laboral y el burnout están relacionados, pero no son lo mismo. Y no, el burnout no solo lo sufren los «flojos». Todos estamos expuestos a sufrirlo y, de hecho, los supuestamente más «fuertes» son los que más lo sufren, lo que ocurre es que, en demasiadas ocasiones, lo hacen en silencio por cuestiones culturales.
Llevamos demasiado tiempo educando mal. Inculcando la idea de que «No está bien no estar bien»
La buena noticia, por tratar de sacar algo positivo de esto, es que el burnout es una patología que se produce como consecuencia de un estilo de liderazgo y cultura empresarial poco saludables. Por lo tanto, resulta fácil detectar sus síntomas.
¿Cómo reconocer el burnout?
El burnout se caracteriza por un estado de agotamiento físico, emocional y mental constante y recurrente, que hace que el que lo padece se sienta completamente exhausto y a punto de colapsar continuamente.
Es importante que aprendamos a reconocer los síntomas no solo en nosotros mismos, sino también en nuestros compañeros de trabajo, y en especial en nuestros jefes, ya que cuando afecta a un profesional con responsabilidades sobre otras personas, los riesgos de «contagio» se multiplican rápidamente. La detección temprana del burnout es fundamental para prevenir que su impacto se multiplique.
Las 3 etapas del burnout
Si hay un referente en este campo es la Dr. Cristina Maslach, profesora emérita de psicología social en la Universidad de California en Berkeley y una de las expertas más reconocidas en el estudio del burnout. Ella fue quién desarrolló el modelo MBI (Maslach Burnout Inventory) para medir el grado de burnout en los trabajadores, que se utiliza desde hace más de 3 décadas en organizaciones de todo el planeta.
Según el modelo MBI, el burnout se caracteriza por tres dimensiones: agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal.
Agotamiento emocional: La primera etapa del burnout es el agotamiento emocional y nos lleva a desconectarnos del trabajo. La sensación de estar agotado y sin energía mental para gestionar la carga de trabajo comienza a ser recurrente. Los síntomas incluyen cansancio continuo, falta de energía y dificultades para dormir.
Despersonalización: Aquí aparece la desconexión de los demás. En esta etapa los que sufren burnout comienzan a experimentar serias dificultades para establecer y mantener relaciones sociales positivas. Comienzan a sentirse muy solas.
Falta de realización personal: En esta tercera etapa nos deconectamos de nosotros mismos. Comenzamos a pensar que el problema somos nosotros y sufrimos una progresiva pérdida de autoestima. Se pierde la motivación para continuar desempeñando nuestras funciones. En este punto nuestro trabajo pierde completamente su significado y se desvanece cualquier propósito que hubiese tenido previamente.
Los 5 signos que indican que tu jefe sufre burnout
Como ya he comentado, los profesionales que ocupan posiciones de responsabilidad son más propensos a «quemarse», en concreto, aquellos que ocupan posiciones de mando intermedio, debido a la presión que deben soportar de los de «arriba» y de los de «abajo». A continuación vamos a ver los 5 síntomas más comunes entre los jefes:
Falta de energía y entusiasmo: Los jefes que sufren burnout han perdido esa pasión que les llevó a desear ocupar una posición de responsabilidad y cada día resulta más visible que su trabajo ha dejado de apasionarles.
Aislamiento y falta de comunicación: Otro de los signos es el aislamiento y la completa falta de comunicación con sus empleados. Los que sufren burnout comienzan a evitar conversaciones con su equipo, dejan de asistir a reuniones o se encierran en sus despachos. Su interés por el equipo, cómo se encuentra, qué les preocupa, desaparece completamente. Les da igual qué pase con aquellos a los que deberían liderar.
Comportamiento irritable y hostil: Los que sufren burnout muestran un comportamiento irritable y hostil. Suelen ser muy críticos con los errores e impacientes con los resultados. Se pasan el día preocupados y «pierden los papeles» con frecuencia.
Dificultad para desconectar y descansar: La presión por los resultados a corto plazo y el estrés constante les impide desconectar y hace que se dediquen a enviar emails y whatsapps a cualquier hora del día, no toman vacaciones, y en definitiva, son incapaces de descansar.
Deterioro de la salud física y la imagen: Otro de los signos inequívocos de que un mando intermedio sufre burnout es el deterioro de su salud física. Continuos dolores de cabeza, problemas estomacales, aumento o pérdida de peso, etc… en paralelo a un continuo deterioro de su aspecto físico y de su imagen.
Cuando un mando intermedio o un ejecutivo experimenta burnout, pierde la motivación, el entusiasmo, el interés por su trabajo, por su equipo y por sí mismo.
Por todo esto, resulta crítico que las organizaciones tomen medidas para prevenir y tratar el burnout, y brinden apoyo y recursos a todos los empleados que lo experimenten, pero en especial, que pongan mucho énfasis en prevenir el burnout entre sus mandos intermedios y ejecutivos.
¿Qué pueden hacer las empresas para prevenir que el burnout afecte a sus mandos intermedios y ejecutivos?
Para prevenir que el burnout podemos tomar un buen número de medidas preventivas y de apoyo. Algunas de las más básicas y menos costosas son:
1.Promover un estilo de liderazgo más humanista, donde las personas no sean un mero eslabón de la cadena productiva, reemplazable cuando ya no soportan más presión.
2.Construir entornos psicológicamente seguros, donde nadie tenga miedo a ser quién es, sin miedo al castigo.
3.Incentivar el cuidado de la salud y la conciliación entre el plano profesional y el resto de planos vitales.
4.Formar a aquellos que vayan a ocupar posiciones de responsabilidad. La formación continua en inteligencia emocional, pensamiento crítico, mindfulness o toma de decisiones resultan de vital importancia a la hora de prevenir el burnout.
5.Monitorizar: Es importante que las empresas evalúen el clima laboral y los niveles de seguridad psicológica, tomando medidas preventivas tan pronto aparecen los primeros síntomas. La implementación de políticas de descanso y desconexión, o el acceso a recursos y servicios de salud mental resultan siempre de gran ayuda.
La manera más eficaz y eficiente de prevenir el burnout es fomentar una cultura de trabajo saludable y un liderazgo más humanista.
Conclusiones
El burnout no es ninguna tontería. No se trata de una moda que nos hayamos inventado unos pocos «delicaditos» que no tenemos ganas de trabajar. Se trata de una patología con consecuencias potencialmente graves para los que la sufren, y los que les rodean, no solo a nivel profesional, sino también personal.
Mirar para otro lado, y obviar los síntomas, es una completa irresponsabilidad por parte de todos, no solo de los que lideran el mundo empresarial, sino del conjunto de la sociedad, y en particular, de aquellos que observamos los síntomas en nuestros jefes y compañeros a diario.
Cuando las personas responsables de velar por el desarrollo y crecimiento de otras personas, y de los resultados de la empresa, están enfermos, toda la organización corre el riesgo de enfermar, o lo que es peor, de colapsar.
Si trabajas en RRHH o si como empleado observas los 5 signos que indican que tu jefe sufre burnout, te harás un favor, y se lo harás a la organización, si abordáis el problema con quién corresponda, y lo hacéis lo antes posible. No hacer nada ante estos síntomas es un acto de irresponsabilidad y escasa humanidad.
¿Hora de reflexionar?
Si lideras el área de RRHH, o si ocupas una posición ejecutiva en tu empresa, y te gustaría saber más acerca de cómo mejorar los niveles de seguridad psicológica y prevenir potenciales problemas de salud mental entre tus empleados, escríbeme a jordi@entrespuntos.com y estaré encantado de escucharte y de que exploremos juntos posibles soluciones.
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Jordi Alemany