Los 3 Dilemas del Mando Intermedio: ¿Villano o Víctima?
Los 3 Dilemas del Mando Intermedio: ¿Villano o Víctima?
Si hay un rol sacrificado y desagradecido en el mundo corporativo, ese es el rol del mando intermedio. Se trata de una posición condenada a la frustración continua. Una trituradora de talento.
Los 3 Dilemas del Mando Intermedio: ¿Villano o Víctima?
El mando intermedio es el cubo de la basura donde tanto ejecutivos, como empleados de base, terminan volcando sus frustraciones.
Cuando eres mando intermedio te conviertes simultáneamente en víctima y verdugo, en héroe y villano. Resulta imposible satisfacer las demandas de unos y otros. La alta dirección espera de ti que logres los objetivos, cueste lo que cueste; tu equipo espera empatía y apoyo, además de que les facilites las oportunidades para que puedan crecer, aprender y desarrollar su talento continuamente.
Los 3 Dilemas del Mando Intermedio: ¿Villano o Víctima?
Tú, atrapado en medio del fuego cruzado, esperas encontrar una forma de satisfacer a todos, algo que le resultó imposible lograr al propio Jesucristo!.
Este artículo es una inmersión profunda y sin filtros en la vida de los mandos intermedios. Exploraremos preguntas incómodas, así como algunas dolorosas realidades que definen la existencia de la gran mayoría de mandos intermedios, especialmente de aquellos que trabajan en empresas donde lo único que parece importar son los números. Es decir, una aplastante mayoría.
Ponte cómodo, estamos a punto de embarcarnos en un viaje a través de los tremendos dilemas morales y las decisiones imposibles que definen la vida de un mando intermedio.
¡Vamos allá!
Los 3 Dilemas del Mando Intermedio: ¿Villano o Víctima?
El mando intermedio siempre ha sido un personaje marcado por el doble papel de víctima y villano dentro de la misma trama.
El mando intermedio es el actor secundario al que todos critican, pero que, de no existir, dejaría la historia sin enjundia alguna. Es el mensajero a quien matan por traer malas noticias, y al mismo tiempo, el verdugo que tiene la responsabilidad de ejecutar todas las decisiones impopulares. Nadie está contento con su labor.
Los 3 Dilemas del Mando Intermedio: ¿Villano o Víctima?
Como mando intermedio tienes suficiente poder para ser culpable de todo, pero nunca suficiente para ser inocente. Tienes la autoridad para dirigir pero no para decidir; puedes aplicar las reglas que los ejecutivos te imponen, pero no puedes cuestionarlas.
Del mando intermedio todos esperan que sea maduro y responsable como para cumplir las expectativas de la alta dirección y que cuente con la suficiente inteligencia emocional como para automotivarse y mostrar empatía con su equipo. Eso si, sin desmoronarte ante las presiones de unos y otros.
Los 3 Dilemas del Mando Intermedio: ¿Villano o Víctima?
Tienes que ser un excelente diplomático, un fantástico negociador, que sabe cuándo es el momento de poner el pie en el acelerador y cuándo es el momento de pisar el freno, todo ello, sin que ningún pasajero se moleste, ni se sienta incómodo.
Pero incluso contando con todas estas habilidades poco comunes, a veces, todo tu esfuerzo, todo tu malabarismo emocional, no será suficiente. Porque en la máquina corporativa, de vez en cuando las cosas salen mal por causas que se nos escapan, y entonces, todo el mundo te apuntará a ti como responsable.
A continuación vamos a explorar los 3 dilemas más absurdos, y al mismo tiempo complejos, a los que se enfrentan la mayoría de mandos intermedios cada día.
Dilema 1: ¡Ser Honesto, pero no Demasiado!
Los mandos intermedios son la piedra Rosetta de la comunicación en la empresa, el eslabón perdido entre la jerga incomprensible de los ejecutivos y el lenguaje terrenal de sus equipos.
Pero aquí está el dilema: Los ejecutivos, de vez en cuando, tendrán a bien compartir contigo algún dato relevante acerca de la situación de la empresa, pero te pedirán que no lo compartas con nadie; mientras tu equipo esperará de ti claridad y transparencia, que seas un libro abierto que comparta con ellos cualquier información que pueda afectar a sus intereses. ¿Qué puedes hacer en esa situación?
Los 3 Dilemas del Mando Intermedio: ¿Villano o Víctima?
Vivir en el filo de la navaja requiere de mucha inteligencia. Por un lado, tienes que ser transparente para construir confianza dentro de tu equipo. Por otro, debes resguardar ciertas informaciones para evitar el pánico o generar un conflicto.
Como mando intermedio debes aprender a diferenciar cómo y cuándo puedes sembrar pistas a tu equipo, pero sin revelar el juego completo. Debes aprender a hablar en un lenguaje que solo tú puedas descifrar completamente. Una tarea al alcance de muy pocos expertos en diplomacia y comunicación que se le exige a cada mando intermedio cada día.
Dilema 2: ¿Quién diablos soy hoy?
Bienvenido al circo del mando intermedio, en el que eres el maestro de ceremonias, el payaso, el trapecista y el león, todo en uno.
Los 3 Dilemas del Mando Intermedio: ¿Villano o Víctima?
Un día, eres el hombro en el que llorar, al siguiente, eres el verdugo que debe decidir a quién sacar de tu equipo. No puedes comprometerte a mucho, porque no decides nada. Tienes que aprender a convivir con la dualidad constante, o alguien te acusará de incoherente.
Debes ser todo para todos, pero sin perder de vista quién eres tú en primer lugar. Porque si te pierdes en ese laberinto de expectativas, corres el riesgo de perder no solo tu credibilidad como líder, sino también tu esencia como ser humano.
Es un rol de múltiples sombreros, en el que el mando intermedio debe aprender a ser un camaleón emocional. Debe saber cuándo mostrar compasión y cuándo ejercer autoridad, cuándo ser el amigo y cuándo el jefe. Cuando mostrar mano dura, y cuando empatía. Es como estar atrapado continuamente entre la espada de la camaradería y la pared de la profesionalidad.
No te desgastes demasiado con esto, la realidad es que serás juzgado en cualquier caso, por unos o por otros, así que, si quieres un consejo de alguien que ha estado ahí muchas veces, enfócate en ser congruente contigo mismo.
Los 3 Dilemas del Mando Intermedio: ¿Villano o Víctima?
Pon el foco en dormir tranquilo, sin remordimientos. Esa es la única manera de sobrevivir.
Dilema 3: ¿Un Líder con Criterio o un Títere de la Alta Dirección?
La dicotomía entre ser un líder con criterio o un títere de la alta dirección es de las más críticas que enfrentamos como mando intermedio. Resolver este dilema no es solo una cuestión de capacidad de gestión, sino de ética, de identidad profesional, e incluso, de bienestar emocional.
Ahí estás tú, mando intermedio, con un mandato claro de la alta dirección y un equipo esperando tus órdenes. Solo hay un problema, y es que nadie te ha preguntado tu opinión sobre el plan que debes ejecutar.
Los 3 Dilemas del Mando Intermedio: ¿Villano o Víctima?
Es como si te entregaran el guion de una película que debes dirigir, el mismo día que comienza el rodaje. Ahora bien, si la película es un fiasco, serás tú quien se llevará las críticas.
Tu equipo espera que actúes con integridad, que defiendas sus intereses cuando quedan expuestos por decisiones estrictamente económicas. En definitiva, esperan que actúes como su líder.
Por otro lado, los ejecutivos esperan que actúes como un buen soldado, disciplinado y obediente, que ejecuta su plan sin rechistar. Para ellos, que seas un buen líder significa que antepongas los resultados de la empresa a cualquier otra cuestión.
El problema que nadie parece entender es que, generalmente, los intereses de los empleados a los que debes liderar, y los de la compañía a la que esperan que representes, son antagónicos. ¡Y tú estás en el medio!
Los empleados tienden a vomitar sus frustraciones sobre los mandos intermedios, etiquetándoles de malos jefes, sin aplicar un ápice de empatía, ni comprender mínimamente la dificultad de esa posición.
Los ejecutivos tienden a cargar las tintas sobre estas posiciones «Es que no dan un paso adelante, no quieren liderar», pero la realidad es que invierten poco o nada en formarles, en proveerles con las herramientas y el apoyo necesario para poder desempeñar esta función con un mínimo de garantías.
Conclusiones, Reflexiones y Recomendaciones
Llegados a este punto, estaremos de acuerdo en que el rol de mando intermedio está plagado de contradicciones y expectativas conflictivas, en donde la posición se puede describir mejor como estar «entre la espada y la pared».
Los mandos intermedios deben manejarse con soltura y madurez ante tremendos dilemas profesionales que, continuamente, ponen a prueba tanto su liderazgo, como su bienestar emocional.
- Doble Rol: Esperamos que un mando intermedio sea tanto un líder compasivo para su equipo, como un ejecutor eficiente de las decisiones de la alta dirección, incluso cuando esas decisiones pueden ser impopulares o perjudiciales para el equipo.
- Transparencia vs. Reserva: Se les exige que sean capaces de equilibrar la transparencia con la necesidad de mantener ciertas informaciones en secreto, lo que pone en riesgo la confianza del equipo, especialmente en los momentos de incertidumbre, en los que los equipos esperan transparencia y honestidad de sus jefes directos.
- Autonomía Limitada: A pesar de tener responsabilidades significativas, los mandos intermedios, generalmente, no cuentan con la autonomía para tomar decisiones importantes, lo que termina generando una tremenda frustración y desgaste emocional.
Reflexiones y Recomendaciones
Por eso, si lideras el área de recursos humanos, o si ocupas una posición ejecutiva, y deseas que tus mandos intermedios mejoren su capacidad de liderazgo, déjame que te plantee 3 reflexiones y 6 recomendaciones que te van a ayudar notablemente:
3 reflexiones:
- ¿Estamos ascendiendo a las posiciones de mando intermedio a las personas más preparadas para un puesto tan complejo?
- ¿Estamos invirtiendo en su formación y desarrollo?
- ¿Estamos reconociendo la dificultad del puesto y el esfuerzo que conlleva para alguien sin experiencia previa en el rol?
6 recomendaciones:
- Invertir en formación en liderazgo y comunicación: La inversión recurrente en liderazgo y habilidades de comunicación ayudará a los mandos intermedios a manejar mejor todos estos dilemas.
- Crear espacios psicológicamente seguros: Crea entornos y canales seguros para que puedan compartir sus preocupaciones con la alta dirección, sin temor a represalias.
- Fomenta la autonomía e incentiva el pensamiento crítico: Permite que tengan cierto grado de autonomía y dales la oportunidad de participar en la toma de decisiones. Involúcralos en el diseño de planes estratégicos y hazles sentir que su opinión cuenta a la hora de definir el futuro de la organización.
- Salud mental: ofrece formación, herramientas y apoyo para manejar el estrés y la presión asociados con estos roles.
- Reconocimiento: Implementa sistemas de reconocimiento que que celebren las habilidades que deseas que potencien.
- Revisa el modelo de liderazgo y cultura: Es crucial replantear el modelo de liderazgo y la cultura de la organización. Una empresa extremadamente orientada a los resultados económicos, con un liderazgo excesivamente autocrático, tiende a poner a los mandos intermedios en una situación difícil.
No tiene sentido quejarnos de los mandos intermedios, cuando ascendemos a personas que carecen de las habilidades para desempeñar este difícil rol. Si además, apenas invertimos en su formación y desarrollo continuos, la queja se torna más incongruente si cabe.
¿Y tú? ¿Qué opinas? ¿El mando intermedio es el villano, o es la víctima?
¿Hora de reflexionar? Hora de actuar.
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Gracias por el tiempo que has invertido leyendo este artículo.
Un abrazo «Humanizer».
Jordi Alemany
