Las 7 claves para acabar con el liderazgo deficiente.

Las 7 claves para acabar con el liderazgo deficiente.

Una de las mayores lacras que experimentan las empresas hoy día es el liderazgo deficiente.

¿Qué es el liderazgo deficiente?

El liderazgo deficiente es aquel que no cumple con las expectativas de aquellos a los que debería beneficiar. En el caso del liderazgo empresarial, la deficiencia en el liderazgo produce empleados insatisfechos, incluso quemados, lo que deriva en pérdida de productividad y rentabilidad, además de otros muchos impactos que veremos más adelante.

Un líder deficiente es aquel que no logra generar en las personas que lidera el efecto que un buen liderazgo debería producir en ellos: mejora de la autoconfianza, aumento del entusiasmo, ganas de aprender, crecer, comprometerse y, en definitiva, motivación para entregar lo mejor de sí mismos.

Un liderazgo deficiente termina por afectar a toda la cadena de valor, comenzando por los empleados, y terminando por el conjunto de la sociedad, sin olvidar que también perjudica a los propios socios y propietarios de la empresa.

¿Cuál es la causa raíz detrás de esa deficiencia en el liderazgo?

En 2021 la empresa consultora DDI preguntó a más de 15.000 CEOs y 2.000 ejecutivos de recursos humanos en todo el mundo acerca de cuál era el principal reto al que se enfrentaban sus empresas en la próxima década. El 80% de los encuestados respondió que el mayor desafío era la necesidad continua de desarrollo de talento y la mejora de las habilidades de liderazgo.

Sin embargo, y paradójicamente, tan solo el 21% de esos mismos CEOs y líderes de recursos humanos afirmó contar con un plan de desarrollo de habilidades de liderazgo en su organización, y a penas un 10% de ellos reconoció ese plan como un elemento fundamental de su estrategia en los próximos años.

Además, el 46% de ellos informó que en su empresa no existe un programa de formación para futuros líderes, que permita a un candidato, antes de ascender a una posición de responsabilidad, adquirir y desarrollar el conocimiento, y las habilidades necesarias, para desempeñarse de manera eficaz.

Salvo alguna excepción, la gran mayoría de los profesionales que alcanzan una posición de mando intermedio lo hacen sin la suficiente preparación en disciplinas y capacidades como el liderazgo, la inteligencia emocional, el pensamiento crítico, o la comunicación eficaz, pero además, una vez alcanzan esa posición, tampoco se invierte en formarles.

Todos estos datos no hacen más que confirmar la completa desconexión entre lo que la mayoría de CEOs dicen, y lo que terminan por hacer a la hora de asignar prioridades y presupuestos. Lo que, a su vez, confirma la absoluta ausencia de conciencia acerca del tremendo impacto que tiene, no solo sus organizaciones, sino para el conjunto de la sociedad, ese liderazgo deficiente, presente y futuro.

El liderazgo deficiente está principalmente causado por la escasa inversión en formación de mandos intermedios, y la nula conciencia acerca del impacto que esto genera.

Los terribles efectos de no invertir en liderazgo eficiente

El liderazgo deficiente se refleja en la cultura tóxica que se deriva de él, el coste que representa en términos de productividad y rentabilidad, y también en el impacto negativo en la reputación y sostenibilidad del proyecto empresarial en el largo plazo.

Pero, de todos los efectos negativos que esa deficiencia en la preparación y desempeño de los líderes genera, sin duda, el más importante y peligroso para las empresas, los empleados, y la sociedad en general, es el burnout.

¿Qué es el burnout?

Seguro que ya has escuchado el término burnout en el pasado, pero, por si no es el caso, déjame compartir contigo una breve descripción.

Burnout (quemazón o agotamiento, en inglés) es un estado de agotamiento constante que impide que los profesionales puedan cumplir con las exigencias de su vida diaria, tanto profesional, como familiar, social y personal.

El burnout no solo tiene un efecto perjudicial para la empresa en términos de rotación y pérdida de talento, con el consecuente coste de reemplazo, sino que también impacta la relación con los clientes, proveedores y, en definitiva, todos los elementos esenciales en la cadena de valor de la compañía.

Por otra parte, el burnout también impacta al resto de la sociedad, ya que las personas que están quemadas como consecuencia del trabajo lo “pagan” con sus familias, amigos, vecinos, etc… al no sentirse bien emocionalmente, e incluso, en muchos casos, sufrir los síntomas relacionados con el deterioro de su salud mental.

El burnout: La próxima gran pandemia

Según diferentes encuestas, más de un 65% de los trabajadores del planeta están quemados con sus trabajos. De esos casi 2 de cada 3 trabajadores, un 40% apunta a su jefe, y su falta de liderazgo, como la principal razón de su «quemazón». Pero más allá de si creemos, o no, esas cifras, la principal razón por la que deberíamos prestar gran atención al burnout es que, las personas que lo sufren muestran 3 síntomas preocupantes desde el punto de vista de la salud mental:

1️⃣ Colapsos emocionales frecuentes e intensos

2️⃣ Sensación de vacío absoluto

3️⃣ Percepción de estar en una prisión o callejón sin salida

La diferencia entre sentir estrés o ansiedad unos días, como consecuencia de un exceso puntual de carga de trabajo, y el burnout, radica en que con el estrés y la ansiedad no se da la sensación de vacío absoluto, ganas de «desaparecer» y el efecto prisión.

Eso afecta a todos los planos de nuestra vida, no solo al laboral, causando un colapso absoluto. Una vez se alcanza ese punto la persona ya no vuelve, ni física, ni mentalmente. Cuando se alcanza el punto de burnout se tiene la sensación de que nada de lo que hemos hecho tenía sentido, lo que nos lleva a un sentimiento profundo de rechazo y culpa.

¿Qué puedo hacer como líder para prevenir y combatir esta nueva pandemia?

La manera en que los actuales líderes pueden, y deben, ayudar a resolver esas deficiencias en el liderazgo que terminan derivando en burnout, se resume en los siguientes 7 puntos:

1️⃣ Construye confianza: trabaja en construir una relación sólida con los miembros de tu equipo. Pregunta, escucha, empatiza, muestra preocupación por algo más que los resultados económicos en el corto plazo.

2️⃣ Promueve conciencia y compromiso: haz saber a cada miembro del equipo lo importante que es su contribución para el resto de la organización, así como el valor que aporta su esfuerzo y dedicación. Solo nos comprometemos cuando entendemos el valor de hacerlo.

3️⃣ Reconoce en privado, en público… y en la nómina: agradece y celebra el esfuerzo y sus resultados, no seas rácano. Reconocer el sacrificio excepcional que muchos empleados hacen por la empresa cuando las cosas no van como se esperaba debe ser, en privado, en público y económico.

4️⃣ Se flexible: Si es posible, permite la máxima flexibilidad en el trabajo. Ayudará a tus empleados a sentirse menos estresados y a tener más control sobre su tiempo. La flexibilidad y autonomía, junto con la retribución y el reconocimiento, son los principales elementos motivadores para cualquier profesional del siglo XXI.

5️⃣ Fomenta un equilibrio saludable entre los diferentes planos vitales: Asegúrate de que los miembros de tu equipo tengan el tiempo, energía y el espacio necesarios para disfrutar de sus vidas una vez terminen su jornada laboral.

6️⃣ Crea entornos de seguridad psicológica: libres de miedo, donde las personas se sientan seguras y se animen a compartir sus opiniones y preocupaciones. Invita a tu equipo a hablar si se sienten quemados.

7️⃣ Sé coherente: lidera con el ejemplo, en las buenas, y en las malas. Cuando aciertes, y cuando te equivoques. No incumplas promesas, no hay nada que queme más a la gente que, que les prometan, y no lo cumplan.

Conclusiones

Si ocupas una posición de liderazgo es importante que seas consciente de que:

1️⃣ Un liderazgo deficiente es la principal causa de burnout en los equipos.

2️⃣ La causa detrás de un déficit en el liderazgo es la escasa inversión en formación y preparación de los líderes presentes, y futuros, producto de una pobre conciencia acerca del impacto que genera esa falta de inversión.

3️⃣ El burnout no se cura con un par de semanas de vacaciones. El burnout es un punto de no retorno que requiere de la ruptura con hábitos tóxicos que nos han llevado hasta ahí.

4️⃣ El burnout no es un tema que afecte exclusivamente a las empresas y sus empleados, sino que nos afecta a todos ya que cada persona que alcanza el punto de burnout es un padre o madre, hermano o hermana, pareja o amigo que perdemos durante mucho tiempo y que precisa de la ayuda de su entorno, especialmente el familiar y el social.

Si lideras un departamento de recursos humanos, te sugiero que reflexiones, y analices, junto con el resto del equipo de dirección, acerca del impacto de no invertir en formación en liderazgo y en desarrollo de talento.

Si lideras una empresa, te invito a que te autoevalúes según la lista de 7 puntos que hemos visto líneas atrás y reflexiones acerca de cuántos de ellos reflejan tu desempeño como líder hoy.

¿Hora de reflexionar?

Si te ha gustado este artículo y te interesan los temas relacionados con el liderazgo transformacional, la humanización de las empresas y el desarrollo del talento te invito a que:

  1. Te suscribas a mi comunidad de «Business Humanizers» y así recibirás directamente mis publicaciones en tu email.
  2. Que adquieras mi libro «Liderazgo Imperfecto» donde, en poco más de 200 páginas desmonto muchos de los absurdos y obsoletos paradigmas que llevan años alimentando el eterno conflicto entre jefes y empleados, además de dar las claves del liderazgo en el siglo XXI.

 

Por cierto, un millón de gracias a todos los que habéis hecho posible que hayamos tenido que lanzar una 3ª edición, y muchas gracias a todos los que invertís vuestro tiempo en leerme.

Un abrazo queridos «Business Humanizers»

Jordi Alemany

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